sábado, 8 de mayo de 2010

resumen
Crear historias es muy divertido ademas de que son utiles para desarrollar la creatividad y compartir con las personas que queremos. Las puedes crear para ti mismo o para contarselas a tus amigos ya sea de forma oral o escrita. Aqui te dare tres pasos basicos para que puedas crear facilmente tu historia.
Necesitas
Tu imaginacion.
Tu memoria.
Lapiz y papel o la computadora.
Una grabadora de voz.
Pasos
1. Imagina un personaje.
Lo que desees puede ser un personaje: un lapiz, un perro, la nariz y logico las personas. Pienza como es fisicamente, que detalles tiene y que es lo que mas desea o valora.
2. Mete a tu personaje en un problema: que tal que tu personaje pierda lo que mas valora o quiere.
3. Ahora toma a tu personaje de la mano y acompañalo hasta que salga del problema.
¡Puedes alargar tu cuento usando una y otra vez esta tecnica.!
Importante
Ejemplo: Doroteo era un perro callejero grande y muy peludo. Tenia muchas pulgas pero, a diferencia de otros perros, a él le gustaba tenerlas porque asi los otros perros no se le asercaban por miedo a que se les prendieran. El preferia que le dijeran "pulgoso" a tener que juntarse con uno de esos perros ricos que solo pensaban en el collar de moda. Era su forma de fastidiarlos.
Un dia Doroteo salio de paseo al parque y se sento a recibir el Sol. Un señor, de esos que solo tienen perros de raza, que pasaba por alli se fijo que del espeso pelaje de Doroteo se asomaban muchas pulgas asi que decidio bañarlo. Trajo un collar y se acerco por detras de él y lo capturo. El baño, con remedio para pulgas, fue largo, o a Doroteo se le hizo muy largo, ya que hace años que no se bañaba.
Cuando todo termino Doroteo termino doroteo salio al parque y para su sorpresa alli estaban todas esos perros tontos que solo pensaban en lo ultimo en collares. Ellos al verlo no lo reconocieron asi que se acercaron a hablarle. El les siguio el juego por un rato, pero luego decidio que ese no era él y se devolvio para su casa.
Sobra decir que a los pocos meses ya se las habia arreglado para conseguir sus pulgas.

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, súper califragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.



Había una vez una aprendiz de hada madrina, mágica y maravillosa, la más lista y amable de las hadas. Pero era también un hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban empeñados en que lo más importante de un hada tenía que ser su belleza. En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya la estaban chillando y gritando:
- ¡fea! ¡bicho!, ¡lárgate de aquí!.
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le contaba su mamá de pequeña:
- tu eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es así por alguna razón especial...
Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron el país, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años.
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país la fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.